LA CASA INDUSTRIALIZADA. SEIS PROPUESTAS PARA ESTE MILENIO.
Hoy
comenzamos con el trasvase de textos desde la Tesis doctoral La
Casa Industrializada. Seis Propuestas para este milenio que
se llevó a cabo con el fin de dotarnos del conocimiento suficiente
para abordar esta compleja tarea de la industrialización de la casa,
esperamos que lo encontréis de interés.
En
el año 2007 formamos el estudio Modulab con la intención de ofrecer
al mercado vivienda modular ecoeficiente. Echando la vista atrás
reconozco que no sabíamos con claridad que quería decir el término,
pero si que sabíamos que buscábamos una manera más eficaz de
producir vivienda unifamiliar, desde la fase de diseño a la
construcción de la misma.
Como
tantos otros caímos en la fascinación de las imágenes de camiones
transportando módulos y grúas colocándolos en cuestión de minutos
en su sitio; de fábricas produciendo esos módulos en entornos
controlados etc. Sabíamos que no era una idea nueva, pero
pensábamos, de nuevo como tantos otros, que era una idea con futuro.
Comenzamos
nuestro camino en Modulab con una gran carga de voluntad e
ingenuidad, en un territorio donde antes que nosotros, otros habían
transitado y fracasado en el intento. Grandes arquitectos con fuerte
apoyo gubernamental, brillantes y exitosos empresarios, habían
intentado llevar a cabo una vivienda que aprovechase el potencial
industrial para que, de la misma manera que el automóvil, lograse
ofrecer una vivienda de calidad a las clases medias de las sociedades
industrializadas.
Si
nos íbamos a adentrar en este territorio plagado de ilustres
cadáveres era necesario saber que les sucedió, quien fracasó y
quien tuvo éxito y por qué. Al mismo tiempo, conocer, no solo la
historia de la casa industrializada, sino los procedimientos y
estrategias llevados a cabo por los productores industriales de la
casa en un aspecto panorámico que abarcase desde el diseño, los
materiales empleados, e incluso la venta de estos productos.
Llevar
a cabo la casa a través de la industria supone utilizar sus
herramientas para mejorar el acceso a una vivienda de calidad que
haga uso de la mejor tecnología disponible y simplifique los
procesos.
Hacerse
una Casa es más que un hecho arquitectónico, es un hito en la vida
de los que la llevan a cabo y en nuestra sociedad supone un acto que
trasciende la mera necesidad y tiene implicaciones en la noción de
estatus y los modos de vida particulares.
Los
textos que aparecerán en este blog se centrarán en la vivienda
unifamiliar como ámbito completo y autónomo que tiene sus propios
requerimientos, mecanismos y procesos, y que difieren radicalmente de
los que operan en la vivienda colectiva.
Finalmente,
el blog surge como como un alegato a favor de la Casa Industrializada
como propuesta de futuro próximo para este milenio y como un manual,
para todo aquel que quiera adentrarse en este delicado mundo de
promesas siempre futuras.
LA CASA COMO PRODUCTO INDUSTRIAL
La
idea de fabricar casas1
como se fabricaban automóviles se apoderó de la mente de los
arquitectos desde que en 1908 Ford sacase al mercado su modelo T, el
coche para las masas.
Pero a pesar de la adhesión a la idea de casas
producidas por la industria por parte de los principales arquitectos
del movimiento moderno,2
el sueño de la casa fabricada aún no se ha hecho una realidad
extendida en nuestra sociedad salvo los casos de países como Estados
Unidos, Suecia o Japón, llevadas a cabo por industrias que ofrecen
vivienda, prefabricada, modular o industrializada, la mayor parte de
las veces fuera de la mano de los arquitectos.
Los
objetos que nos rodean, desde los automóviles, la ropa y los
alimentos, son realizados siguiendo procedimientos industriales, aún
así, la casa individual sigue siendo un reducto de la artesanía,
escapando a la producción industrial, ofreciendo a la sociedad
productos de una tecnología anacrónica, con un tiempo excesivo en
su elaboración, un consumo desproporcionado de recursos, un coste
descontrolado en su producción y bajas prestaciones.
Producir
la casa a través de la industria no es solo utilizar procesos
eficaces, elementos prefabricados o industrializados en mayor o menor
cantidad en su realización; es entender la Casa como un producto
industrial más y como tal no se dirige a la producción sino que lo
hace a un determinado usuario y un determinado mercado. La Casa
Industrializada en este sentido constituye el producto industrial
más grande en el mercado.3
Es
decir, no se trata de realizar un proyecto singular de “manera”
industrializada, sino de realizar un producto destinado a la misma
lógica de reproducción y consumo de los productos industriales, ser
producido y consumido en cantidad y, lo que es más importante y
veremos más adelante, posibilidad de elección. Que podamos elegir
una casa del mismo modo que elegimos un automóvil y beneficiarnos de
la misma manera de una continua sucesión de mejoras en la
elaboración y la calidad de estos productos.
Pero
¿por que no ha sido llevado a cabo este sueño de la mano de los
arquitectos hasta ahora? ¿A través de que valores, estrategias o
procedimientos puede la Casa Industrializada ofrecerse como una
opción real dentro de las posibilidades que tenemos a la hora de
hacernos nuestra casa?
Una
de las posibles causas del fallo de los arquitectos en la consecución
del sueño de la Casa Industrializada pudo ser el no querer entender
que ésta pertenece a un ámbito que trasciende lo que de forma
académica se considera como arquitectónico, o no encontrar interés
en los aspectos más allá de su propia disciplina:
Para muchos arquitectos, la recompensa (en la realización de la Casa a través de la industria) radicaba en el reto creativo e intelectual inherente en el diseño en si mismo más que en su última realización.4
La
Casa Industrializada como producto industrial abarca campos más
amplios que los de la producción arquitectónica tradicional,
singular y a medida. Para entender realmente la Casa Industrializada
en este entorno hay que considerarla como un producto industrial en
un contexto amplio tal y como define Bender:
Para comprender y controlar la naturaleza de nuestra industrialización es necesario considerar como parte de una única operación la producción, investigación, diseño del sistema, diseño del producto, fabricación, venta, distribución e incluso el suministro del producto acabado.5
Pero
para conseguir realizar un producto, Casa, de éxito en el mercado,
serán necesarias varias lógicas que confluyan desde distintas
perspectivas:
El éxito en la fabricación de viviendas dependerá de una combinación de cerebro gestor, perspicacia financiera, destreza ingenieril, sensibilidad estética, conciencia social y una sabia visión del mercado.6
En
un artículo escrito en Julio de 1944 en Arts and Architecture,
Charles Eames y John Entenza sugieren que cualquier arquitecto que
quiera construir una casa prefabricada que sea realmente exitosa,
debe trabajar con un espíritu que combine diversas formas de
pensamiento tanto industrial, como económico y científico.
La
mayor parte de estudios dirigidos a arquitectos sobre la Casa
Industrializada sitúan a ésta en el contexto propio de la
arquitectura, analizando su evolución histórica, las aportaciones
de los arquitectos implicados en ella, la descripción y análisis de
sus propuestas desde una perspectiva casi exclusivamente académica.7
El
libro de Burnham Kelly The
Prefabrication of Houses es
una de las salvedades en este campo y en él se trata la casa en un
aspecto global incluyendo desde los materiales empleados a la gestión
de las empresas, pasando por el diseño y el marketing. Para entender
realmente la Casa Industrializada, volviendo
a las palabras de Bender,
hay que considerarla como un producto social e industrial en esa
visión global.
Desde
el aspecto social es necesario entender los valores afectivos y
culturales que convergen en la idea de la casa. Desde la producción
industrial es necesario considerar los aspectos que atañen a la
eficacia de producción y a la multiplicación de los productos.
Desde la lógica del mercado es necesario comprender como funcionan
las estrategias del marketing y la comunicación así como las
lógicas del deseo y el consumo incluyendo el concepto de
obsolescencia de los productos.
Estos
textos buscan llenar ese vacío, retomando el testigo del libro de
Kelly, y satisfacer la necesidad de ese conocimiento amplio dirigido
a todos aquellos arquitectos que quieran adentrarse en este
fascinante mundo. Y, finalmente, ser un alegato por la producción
eficaz de vivienda unifamiliar, un territorio que abandonó la
arquitectura a mediados del siglo XX, sabiendo, que si no lo hacemos
nosotros otros vendrán y lo harán.
Esperando
que el siglo XXI vea por fin cumplido el sueño de la Casa
Industrializada de la mano de los arquitectos que ofrezca a la
población una casa de calidad a coste razonable como hecho extendido
en nuestra sociedad.
Una
arquitectura vendrá! (Alejandro
de la Sota.)
1El
término Casa se utiliza para referirse a vivienda unifamiliar
aislada, el blog como se verá más adelante no trata de la
industrialización del alojamiento sino de la industrialización de
la Casa.
2La
lista de arquitectos que realizaron al menos un proyecto en esta
línea es larga y bastante completa: Le Corbusier, Gropius, Wright,
Aalto, Ginzburg, Schlinder, Neutra, Breuer, Fuller, Prouvé (aunque
estos dos últimos no fuesen oficialmente arquitectos), Koenig, R,
Soriano, Elwood, Utzon, R Piano, Rogers, Horden, Sota y más
recientemente, Kengo Kuma, Toyo Ito, Libeskind, Ábalos y Herreros,
Tham y Videgard y Ray Kapee entre otros.
3Más
grande que un electrodoméstico, más grande que un coche.
4HERBERT.
The Dream Of The Factory Made House. MIT press Cambridge.
Massachusetts. 1984. p.6.
5BENDER,
Richard, Una
visión de la construcción industrializada.
Barcelona. Gustavo Gili. 1976. A
crack in the rear-view window. A view of industrialized Building.
Nueva York 1973. p.139.
6BURCHARD,
J prólogo a KELLY,
Burnham. The
Prefabrication of Houses. Cambridge,
Mass
Technology
Press. 1951. p.IX.
7Herbert
en The Dream of the Factory-Made House (1984), establece
un discurso histórico en el que partiendo del origen de la Casa
Industrializada narra la historia fallida de la Packaged House de
Gropius y Wachsmann dejando finalmente abierta la pregunta de si
realmente el sueño de la vivienda fabricada acabó en ese proyecto.
Davies en The Prefabricated Home(2005) realiza un análisis
histórico estableciendo una división entre la historia
“arquitectónica” y la historia “no arquitectónica”,
insistiendo en los fracasos de los arquitectos y elogiando del mismo
modo que Herbert el triunfo del Mobile Home como la casa del siglo,
la única y verdadera experiencia exitosa de la Casa
Industrializada. Pero aunque Herbert y Davies tocan de pasada las
cuestiones asociadas a producción, distribución y marketing,
apenas profundizan en ellos.